DÍA DE LA INDUMENTARIA RONCALESA

INTRODUCIÓN



La idea llevaba ya demasiado tiempo rondando. El aprendizaje y recuperación del baile del ttun ttun había acarreado la elaboración en poco tiempo de muchos trajes roncaleses; y todo ello había quedado enmarcado dentro de una dinámica de recuperación de la historia y del patrimonio roncalés. De hecho, en los últimos años no han faltado ocasiones para bailar el ttun ttun y para exhibir los trajes. En el caso concreto de Isaba, que es donde se afianzó con fuerza la recuperación de las danzas, habría que añadir esa costumbre de asistir a la iglesia el día de Santiago (25 de julio) y el día de San Ciprián (16 de septiembre) ataviados con la indumentaria tradicional.

Es así como en el año 2010 la asociación Kurruskla, en Isaba, decide dar el paso de organizar una jornada dedicada a la indumentaria roncalesa. Se entiende que esa es una parcela de nuestro patrimonio muy importante, a cuidar. Existía ya en el valle una jornada anual dedicada al uskara, otra dedicada a la almadía, otra dedicada a las alpargateras, y otra dedicada al queso. Se aprobaba así una asignatura que se nos quedaba pendiente.

La primera edición, el 31 de julio de 2010, se improvisó con relativamente poco tiempo, pero a pesar de ello con mucho mimo, cuidando los detalles, y con una implicación popular muy importante. Se desbordaron las previsiones en lo que a participación, asistencia, climatología, y ecos informativos. Lo que había nacido como una prueba "a ver que tal", automáticamente invitaba a un compromiso anual de celebración.

La celebración en Isaba del Día de la Indumentaria Roncalesa ha supuesto un importante impulso a la puesta en valor de la indumentaria tradicional del Roncal. Ha servido también para recuperar todas las variantes que se conocen de estos trajes; y cuando decimos "recuperar" hablamos también de exhibir y explicar. Y ha servido para cohesionar a todo un pueblo en torno a esta parcela de su patrimonio, con una implicación popular que para sí quisieran muchas localidades.


Jornada temática

Cada una de las ediciones del Día de la Indumentaria Roncalesa tiene en común el acto público de presentación de todos y cada uno de los trajes que se tiene conocimiento que han llegado a existir en el Valle del Roncal.

Al margen de este acto, esta fiesta está diseñada para incidir cada año en una parcela de nuestra historia o de nuestra cultura. De tal manera que, de la mano de la indumentaria, mostramos otros aspectos de nuestro pasado. En consecuencia, cada Día de la Indumentaria Roncalesa, busca ser una jornada temática. Y el resultado hasta ahora ha sido el siguiente:

Alarde de Armas
Año 2010: La villa de Isaba pudo revivir el 31 de julio cómo era antaño la llegada de las alpargateras: su llegada por el camino de Belagua, el paso por la Aduana para que los guardias supervisasen las mercancías que traían, el recibimiento de los familiares y vecinos, etc.
Igualmente, en la Plaza de la Villa (oficialmente Plaza de la Constitución, y antiguamente Plaza de las Armas del Valle de Roncal) se reprodujo ese día un alarde de armas, réplica exacta de los que durante siglos se celebraron en Isaba y en el valle. Se empleó para ello el mismo formulario que se utilizaba en el siglo XVII.

Misa de Velación
Año 2011: Se celebró en Isaba la  denominada "boda del siglo", pero... del siglo XIX. El 30 de julio la iglesia de San Cipriano acogió la recreación de la celebración de una boda tal y como se celebraban en esta villa a finales del siglo XIX. Detrás de este acto hubo todo un trabajo de investigación que permitió recomponer con la máxima fidelidad una ceremonia de hace algo más de cien años (acto de compromiso y misa de velación), así como todos los actos que la rodeaban antes y después; se utilizó para ello, como base, el testimonio de un viajero vallisoletano que en 1898 publicó su diario de viaje por el Pirineo, con la descripción de una boda que pudo ver en la iglesia de Isaba. La ceremonia religiosa se celebró en latín, uskara roncalés, vascuence altonavarro, y español; utilizándose como escenarios el exterior del templo para el acto de compromiso, y el interior de la iglesia para la Misa de velación. Todo un éxito de participación.

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